
Cuando en 1916 el poeta Federico García Lorca viaja a Ávila con sus compañeros de la Universidad de Granada (tiene 18 años) le escribe a sus padres una carta que comienza: "Queridos padres: Estoy contentísimo, aquí la gente nos atiende una enormidad, y la ciudad es una joya del arte, es como si la Edad Media se hubiera levantado del suelo: palacios señoriales, las murallas están intactas y rodean toda la ciudad...".
Esta pequeña nota informativa que quiere dejar constancia de nuestro paso por esta "joya del arte" está dedicada a mis compañeras y compañeros bibliotecarios de la Asociación "El Libro de los Clubes" y a mis compañeras de lecturas en el Club, no se puede ser mejores personas, si lo fueran un poquito más se saldrían del mapa de España. Manolito Gafotas diría del mapa del mundo mundial. Gracias.
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